El termino REIKI proviene de 2 ideogramas Japoneses en donde “Rei” se traduce como UNIVERSAL y “Ki” como ENERGIA VITAL. Por tanto podemos definir el significado de Reiki como un proceso de encuentro de estas 2 energías, siendo una poderosa técnica de curación natural que se sirve de la energía que fluye del Universo.
El Reiki es un sistema natural de armonización y de recuperación energética con el fin de beneficiar la salud, despertando el poder que habita dentro de nosotros, captando, modificando y potenciando la energía.
Esta energía es canalizada por medio de la imposición de manos por una persona iniciada en Reiki, bien a sí misma como terapia de Reiki de auto-curación o bien a otras personas.
Desde la antigüedad, todas las culturas coinciden en la existencia de una Energía Universal, cuya frecuencia de vibración más baja es la Energía Vital que anima a los seres vivos. Por ejemplo, en India se la conoce como Prana y los yoguis la trabajan mediante la respiración, meditación y determinados ejercicios físicos con el fin de lograr unir el cuerpo con el alma y al hombre con Dios. Y, en China utilizan la palabra Chi, Qui o Ki para denominar a esta energía universal.
La descompensación de energía produce trastornos físicos, emocionales, enfermedades, … y el Reiki actúa circulando a través de los Meridianos y Nadis para desbloquear esos puntos que, por diferentes motivos, estén bloqueados o tengan un mal funcionamiento.
Cuando nuestro organismo está desequilibrado, vibra a una frecuencia inarmónica y anómala que impide el desarrollo normal de las funciones celulares, así como el correcto funcionamiento de nuestros sistemas. La energía Reiki reequilibra y armoniza nuestro flujo energético actuando simultáneamente a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias a este sistema de sanación y auto-sanación integral, podremos restablecer el estado de salud de nuestro cuerpo físico, equilibrándolo también a nivel mental, emocional y espiritual.
Como ya hemos comentado la Energía Vital es aquella que nos mantiene vivos. Esta Energía penetra en nuestro cuerpo a través de unas puertas denominadas Chackras y a partir de ahí fluye incesantemente por unos canales energéticos conocidos como Meridianos y Nadis hacia nuestro sistema nervioso, glándulas endocrinas y sangre, para nutrir todo nuestro organismo.
Tenemos 7 Chakras principales y 21 chakras secundarios
Los siete chakras principales ponen en contacto nuestro cuerpo físico con nuestros cuerpos sutiles y se sitúan a lo largo de una línea central del cuerpo, conectados con el canal energético principal del organismo, que coincide con la médula espinal. Se enumeran de abajo hacia arriba y se identifican con un color, nota musical, mantra, etc.
Del mismo modo, cada chakra principal también está relacionado con un centro o plexo nervioso, una glándula del sistema endocrino, cuya misión es producir sustancias químicas y hormonas que pasan a la sangre y regular la actividad de los distintos órganos y tejidos, y unos órganos determinados. Cuando la energía, debido a cualquier bloqueo, no puede fluir de forma natural o se interrumpe su libre circulación, los órganos no pueden realizar adecuadamente sus funciones y termina produciéndose la enfermedad.
Estos chakras también tienen una función psicológica, emocional y mental porque, conforme avanzamos espiritualmente, nuestro campo energético también va aumentando su nivel vibratorio, proporcionándonos un nivel de consciencia superior.
Para que nuestros cuerpos funcionen armónicamente, todos los chakras deben estar abiertos y equilibrados o presentar el mismo tamaño. Al recibir una terapia Reiki, a través de las manos del transmisor, acogemos una dosis elevada de Energía Universal pura y limpia que penetra en nuestros cuerpos a través de los chakras, depurando la negatividad o los bloqueos energéticos que pudiésemos tener.
El Reiki es una terapia efectiva, sencilla y poderosa que puede ser aplicada en cualquier momento y lugar, que no precisa de ningún equipamiento más allá del uso de nuestras propias manos. No sólo te ayudará a conectar con tu interior, sino que seguramente habrá un antes y un después en tu vida tras la iniciación Reiki, porque la óptica de tus esquemas cambiará y empezarás a ser consciente de que sólo existe un aquí y un ahora y, por tanto, serás consciente que sólo desde el momento presente podrás sanar tu pasado y configurar tu futuro.
En este proceso de apertura hacia el interior y al crecimiento personal, además del Reiki, hay infinidad de caminos de los que iremos hablando en las distintas entradas de este blog. Y no hay por qué elegir uno sólo. Como en todo, algunos serán más afines a ti y a tus gustos pero todos te pueden ayudar.
¿De dónde proviene el Reiki?
Al no existir documentación escrita sobre sus orígenes, las versiones acerca de cuando nace el reiki son diferentes, aunque coincidentes en lo fundamental.
Algunos afirman que el Reiki desapareció de Japón durante algún tiempo. Sin embargo, varios son los que han venido a desmentir dicha versión, y aseguran que el Reiki nunca desapareció de Japón.
Independientemente de quienes estén en posesión de la razón, para todos ellos, Mikao Usui (wikipedia) « 15 Agosto 1865 – 9 Marzo 1926 », fue el fundador de este sistema de armonización natural denominado Reiki Usui. Considerado como medicina complementaria y alternativa, utiliza la “energía universal” canalizada a través de la imposición de manos para promover la auto-regulación del organismo en el tratamiento de enfermedades y desequilibrios físicos, mentales y emocionales.
El Maestro Usui destacó como estudioso de la medicina y como profundo conocedor de los sutras budistas (discursos dados por Buda) y la biblia cristiana. Estudios que le llevaron a viajar por Europa, América del Norte y China.
En 1922 fundó su escuela en Tokio (escuela depositaria del Reiki Tradicional Japonés) y se esforzó en enseñar y tratar con reikiterapia a muchas personas a las que también curó.
Durante los casi 5 años que el Dr. Usui llegó a trabajar en su escuela se dedicó principalmente a curar a los mendigos de Kyoto aunque observó que una vez sanado el plano físico, estas personas volvían a su antigua vida sin querer tener más responsabilidades. Es entonces cuando Mikao Usui se dio cuenta de que sin sanar antes la mente y espíritu, las curaciones no podían ser duraderas y auténticas. Y así percibió la importancia del intercambio de energía y llegó a la conclusión de que todo aquello que es recibido exige una contrapartida por parte del receptor.
En este sentido formula las 2 reglas básicas para la sanación Reiki:
Todas las personas deben pedir su propio tratamiento. Nadie debe intervenir en la voluntad de ninguna persona.
Todo tratamiento debe ir acompañado de una contrapartida de la clase que sea, para que el receptor se involucre en su propio proceso de sanación.
Falleció el 9 de marzo de 1926 en Fukuyama, habiendo iniciado a 21 maestros Reiki.
Son muchos los efectos que esta práctica espiritual produce y que nos afectan en un plano total del Ser humano. Gracias al Reiki:
Se estimulan y/o despiertan las fuerzas internas de auto-sanación.
Se liberan las emociones reprimidas quedando sanadas las cicatrices.
Se produce un equilibrio energético, el cual irradia en un equilibrio en las funciones metabólicas del cuerpo.
Se alivian tensiones musculares y dolores. Ayuda a descansar mejor.
Reducción del estrés y de la tensión.
Fortalece del sistema inmunológico y desintoxica el sistema linfático.
Ayuda a conseguir una profunda relajación a nivel físico y mental.
Aumenta el nivel energético proporcionando mayor vitalidad.
Aumenta la autoestima, la creatividad y la vitalidad.
Se desarrolla la conciencia a través de un estado de autoconocimiento. Escuchando mejor nuestra intuición o voz interior e incluso teniendo sueños lúcidos.
Se descubren las causas profundas del malestar.
Se adquiere la visión de comunión con la totalidad del Universo.
Sensación de conectar con nuestro destino, lo que puede conllevar cambios en nuestro estilo de vida cotidiana: Sincronicidad y dinamismo.
La potenciación de los efectos de la medicina convencional.
Se sana el Ser en su totalidad. Reconexión energética y emocional.
Los efectos que produce el Reiki son diferentes de una persona a otra o incluso de una sesión o una parte del tratamiento Reiki a otra.
Puede haber sensaciones como frío, calor, liberación de tensión, euforia, melancolía, sentimientos de amor y paz, así como visualizaciones, revelaciones o recuerdos, etc.
Todas estas reacciones (y lo mismo sucede si no sientes nada en concreto) no condicionan el proceso de sanación, ya que el Reiki lleva a cabo siempre su misión y se dirige siempre hacia el lugar donde hace falta, a pesar de que aparentemente pueda no coincidir con lo expresado por el receptor; ya que muchas veces una dolencia enmascara un bloqueo que desconocemos y es el que hay que sanar.
La terapia de Reiki es eficaz también sobre el agua, las plantas, alimentos (sobre todo es conveniente con los productos que no son frescos, poseen químicos, etc.), medicamentos, automóviles, nuestro hogar o centro de trabajo.
El Reiki nunca puede perjudicar, aunque enfermedades como el cáncer o el sida exigen que el emisor se encuentre en un estado de equilibrio interior.
